March 15, 2021
Algún día de marzo de 2021
Querida Marcela
Entre los 16 estados federados de Alemania, se encuentra Baden-Wurtemberg, un nombre que solo viene a mostrar algo de familiaridad por su capital Stuttgart, cuna de reconocidas marcas de automóviles. A la vez goza de un importante reconocimiento gastronómico, teniendo el mayor número de estrellas Michelin en Alemania en este momento, y que bien me sirve de pretexto para vincularlo con otro reconocimiento gastronómico que remonta a poco más de 200 años atrás.
Mientras las guerras Napoleónicas armaron tremendo alboroto emancipador en las colonias españolas americanas, entre ellas Colombia, en este pequeño territorio al sur de la actual Alemania, Napoleón Bonaparte promovía la independencia del reino de Wurtemberg. Es precisamente en este sitio que nace el médico Justinus Kerner quien hacia el año de 1817 detallaba una condición paralizante y letal, muy común en esta región, relacionada con el consumo de salchichas a la que denominó botulismo o enfermedad de los embutidos, y Marcela, aunque esto fue un gran precedente, no logró hacer mucho más. Solo cerrando ese siglo, mientras Colombia cocinaba las condiciones para la guerra de los Mil Días, en Bélgica una banda musical luego de deleitarse con un jamón de 4 meses de curado en salmuera presentó los síntomas del botulismo, esto permitió al doctor Van Ermengem aislar y describir no solo el germen sino la toxina causal.
Pues bien, con la creación de normas sanitarias y el descubrimiento de los antibióticos se controló esta enfermedad, sin embargo, y por la coyuntura de los conflictos bélicos en Asia y Europa de principios del siglo XX se comenzó a utilizar la toxina producida por este germen como arma masiva de guerra.
Ahora bien, Marcela, toda esta historia te la he contado no solo para entender el concepto negativo que siempre has tenido sobre la toxina botulínica, sino también como preámbulo a lo que la hace tan importante en nuestros días. A mediados del siglo pasado se comenzó a plantear la posibilidad de ser utilizada como un medicamento para tratar algunos trastornos musculares y fue hasta 1977 que se aprobó su uso médico en los Estados Unidos.
En estos últimos 50 años se ha logrado convertir en unos de los medicamentos más versátiles y útiles en las diferentes especialidades médicas: oftalmología, ortopedia, urología, odontología, neurología, gastroenterología, medicina estética y la lista sigue aumentando. Así Marcela puedes tener toda la tranquilidad y confianza de estar ante un medicamento que, aunque tuvo un origen implacable, ha gozado de utilidad y beneficios gracias al quehacer científico.
A su disposición
Alberto