Es la “caída” de los tejidos y estructuras de la cara.
Sus causas son combinadas: pérdida de colágeno, elastina, grasa y debilitamiento de las estructuras óseas que dan sostén al rostro. Las velocidad de su aparición es principalmente genética, pero los estilos de vida y el sol pueden contribuir en acelerar el proceso
Como la mayoría de problemas en el rostro se requieren tratamientos combinados y entre los no quirúrgicos encontramos voluminizadores, el ultrasonido focalizado y los hilos bioabsorbibles.